viernes, 23 de abril de 2010

El solista compositor Mikel Izal ofrecerá su primer concierto en Mallorca el viernes 23 de abril en la sala Jazz Voyeur Club de Palma


Hoy, después de más de un año sin entrar nada en este blog, voy a volver a hacerlo. La última vez fue con motivo del conciertazo de Ismael Serrano en Madrid (al que volveré a ver, en el mismo escenario y con la misma compañía el 15 de mayo) y hoy es para hablar de un nuevo descubrimiento musical: Mikel Izal.

Hoy a las 20:45, y en la sala Jazz Voyeur Club de Palma (C/ Apuntadors 5), el músico navarro, afincado en Madrid, presentará en Baleares su disco Metro a Metro, y otros nuevos temas, en uno de los últimos conciertos en acústico. Este recital íntimo supondrá su estreno ante el público malllorquín y, creo, que ninguno de los amantes de la música de autor nos lo podemos perder.

Izal es uno de los cantautores con mayor proyección del panorama musical español. Nacido en Pamplona en 1982 se define como “habitante de la Tierra” y, como tal, ha residido en diferentes ciudades peninsulares, asentándose los últimos años en Madrid, donde se ha convertido en una de las caras más conocidas del circuito.

Comenzó su andadura musical en Bilbao, donde la victoria en un concurso de maquetas de su universidad le dio acceso a las grandes salas de la ciudad. En julio de 2007 realizó su primer concierto en Madrid, mostrando sus primeras composiciones en castellano. En acústico ha ofrecido conciertos en los escenarios más prestigiosos de la capital, como son Libertad 8 o Búho Real, entre otros y ha estrenado ya una nueva aventura musical incorporando banda a sus conciertos.
Os dejo un par de enlaces a sus webs.



lunes, 22 de diciembre de 2008

Conciertazo de Ismael Serrano en Madrid

“De un tiempo a esta parte, llego siempre tarde a todas mis citas, y la vida me parece una fiesta a la que nadie se ha molestado en invitarme (…) Últimamente me cuesta tanto, tanto, tanto, no amarte”



Los años no pasan en balde para nadie. Para unos el paso del tiempo es mejor que para otros, aunque las hojas del calendario las vamos arrancando todos. Ayer fui a ver a una de esas personas que me demuestra que me voy haciendo mayor y que ya lleva 10 años acompañándome. Empecé mis vacaciones de Navidad en Madrid, viviendo una de esas noches mágicas a las que nos tiene (mal)acostumbrados Ismael Serrano. Esta vez la he vivido con Pablo en el escenario donde, hace 9 años y con otra gente, descubrí los directos de música, teatro y anécdotas de mi cantautor favorito.




“Tallando en cubitos de hielo futuro y promesas”



Recuerdo un día de hace ya muchos años, subiendo hacia Deyà en el coche de Javi Perelló, cuando conocí a Caperucita. No la caperucita roja del cuento, sino la caperucita que tan solo tiene 16 primaveras sin flores y ya ha sido denigrada por su padre, luego vendrá su marido y por la sociedad. Tras ese primer contacto con “Atrapados en Azul”, el primer CD de Ismael, llegaron las demás canciones y yo aterricé en Madrid, en el Estu, en el CEU. Conocí a Paloma, a Fu, a la Soci, a Gemma, Sofi, Sandra, Carmen, Pati, Podo, Pili, a Javi, el parque Almansa, Campus, el Iron y las fiestas del Chami… Conocí la vida fuera de casa y aprendí a valorar nuevas músicas con un significado más allá de la melodía, música en la que la palabra tiene más importancia que el tono, y me enamoré.


“Pero sucede también, que sin saber cómo ni cuándo, algo te eriza la piel y te rescata del naufragio”


El primer concierto fue todo un espectáculo. El Palacio de Congresos lleno hasta la bandera. Mucha gente joven y algún mayor con ganas de seguir disfrutando de la canción protesta, de sentirse el padre que cuenta “aquel cuento tan bonito de aquel guerrillero loco que mataron en Bolivia”. Tras ese han venido muchos, en Madrid y en Palma, incluso una comida-tertulia con él en el comedor de invitados del Chami y me acompaña en los momentos buenos y, principalmente, en los tristes. Y, por último, ayer. Volví al mismo escenario que la primera vez, con una entrada comprada hace más de 8 meses y con muchos nervios por la cita con Ismael después de 2 años sin verlo en directo.


“Agarrate de mi mano, que tengo miedo del futuro, Y detrás de cada huida estabas tú”


El concierto fue diferente a los demás. Reconocí a un Ismael más vivo, más alegre y encantado de estar en casa. Pero, principalmente, descubrí a la pareja perfecta para vivir un concierto suyo. Ayer, Ismael dedicó una canción a aquellas personas que estaban allí medio obligadas por el novio, o a la novia. Graso error ir sólo por acompañar. A un concierto de Ismael se tiene que ir gustándote, sabiéndote las canciones y preparado para sus historias. Por eso, con Pablo (y sé que a él le pasó lo mismo) viví tres horas de magia compartida que serán muy difíciles de igualar. Fue uno de esos conciertos que se te quedan grabados, con las canciones de siempre (y alguna ausente), con el público entregado y él, más todavía.


“Y ahora que te veo veo que aún arde la llama que encendiste. Nunca, nunca es tarde para nacer de nuevo, para amarte”

No sé cuándo tendremos otra gira. Supongo que ahora, tras 122 conciertos en España y Latinoamérica en poco más de un año, se tomará un pequeño descanso. Aquí estaremos esperándole para cambiar nuestros mundos un ratito, en Madrid o en Palma, al principio, en medio o al final de la gira. No sé ni cuándo, ni dónde, pero sí sé con quién. ¿Pablo, querrás acompañarme al próximo?

jueves, 18 de diciembre de 2008

Como la vida misma...

Un chico del PARTIDO, termina el bachillerato y no tiene ganas de estudiar nada.

Como el padre también es del PARTIDO y es un tipo con malas pulgas, lo aprieta:

- ¿Ah? ¿No quieres estudiar? Bueno, yo no mantengo vagos, así que vas a trabajar.

El padre, que tiene algunos amigos políticos dada su larga trayectoria, trata de conseguirle un empleo en LA JUNTA y habla con un amigo:

- Oye, Manolo, ¿te acuerdas de mi hijo? Bueno, acabó el bachillerato y no quiere estudiar por ahora. Necesitaría un puesto como para que empiece a trabajar mientras decide si va a seguir una carrera.... El asunto es que haga algo y no vaguee, ¿entiendes?

A los tres días llama Manolo:

- Oye. Que ya está, he encontrado algo para tu hijo. Asesor de la Comisión de Salud de la Junta. Unos 9.000 euros por mes. Está guay, ¿no?­

- ¡Nooo, Manolo! ¡Es una locura! Tiene que comenzar desde abajo.

A los dos días, de nuevo Manolo:

- Ya lo tengo. Le conseguí un cargo de Secretario Privado de un Diputado. El sueldo es más modesto, de 5.000 euros al mes.

- ¡No, Manolo! No quiero que la vida se le haga tan fácil de entrada. Quiero que sienta la necesidad de estudiar, ¿me entiendes? Si gana esa pasta no estudiará nada.

Al otro día:

- Tío, ahora sí, Ayudante del Encargado del Archivo, con algo de informática, claro que el sueldo se va muy abajo ... serían 2.800 euros, nada más.

- Pero Manolo, ¡por favor!, consigue algo más modesto. Es un niño aún. Algo de 500 euros.

- No tío, eso es muy difícil ...

- ¿Por qué?

- Verás ... esos cargos son por oposiciones, se necesita currículum, título universitario, masters ... ¿Me entiendes? ...



Yo sí lo entiendo. Cada vez que añado una cosa a mi currículum, mi sueldo baja 100 euros... Es más, a partir de ahora creo que voy a mentir en mis estudios, experiencia, idiomas, etc: Voy a empezar a quitar cosas, a ver si me contratan en algún sitio con un sueldo mayor al mileurismo.

martes, 2 de diciembre de 2008

Los colores del cielo

Cuando un niño pinta el cielo, lo suele hace de color azul. Pero, a medida que va creciendo, ese mismo cielo adquiere diferentes tonalidades. Unas veces depende de la imaginación del pintor y otras de lo que ha visto realmente.

En el caso del cielo mallorquín, hay infinidad de cuadros que muestran una bóveda multicolor, destacando los tonos morados y amarillos jugando con toda la paleta de intensidades. Alguien que no conoce la isla, puede pensar que el dibujante quería transmitir una sensación que puede ir desde el romanticismo más cursi al catastrofismo más puro. Pero, la realidad es que Mallorca presenta ese cielo y es una muestra clarísima de que la naturaleza es mucho más creativa que el hombre o la mujer más imaginativo.



Castell de Bellver visto desde Es Baluard



En otoño, estos cuadros naturales se repiten con asiduidad. Las variaciones constantes del tiempo en esta estación propician unos movimientos de nubes, unos cambios atmosféricos y unas condensaciones de agua en la atmósfera que favorecen la proliferación de estos espectáculos naturales que duran horas y a su vez, a medida que pasan los minutos, van cambiando como las figuras en un caleidoscopio.

El cielo visto entre un arco del Castell de Bellver


Últimamente, he podido ver el cielo de diferentes maneras. Siempre impresionante y siempre recordándome por qué no podía ser feliz en un lugar sin cambios de estación, con pocos días de sol y con mucho pero que mucho gris sobre nuestras cabezas.



Cielo anaranjado visto desde el aparcamiento de Carrefour

Hoy, el cielo está blanco, hace mucho frío y llueve. En el Puig Major hay nieve, los embalses están al 100% de su capacidad, los torrentes van cargados y las “Fonts Ufanes” han vuelto a reventar. A pesar de todo esto, y quitando mi medio bajón por llevar una semana con este tiempo invernal, el cielo me sigue recordando que es sólo una cosa pasajera y que en cualquier momento puede salir el sol…

lunes, 27 de octubre de 2008

Una imagen en mil palabras

Una imagen en mil palabras. Así se llama el concurso en el que participé con las mil palabras que dejo a continuación y que me inspiró la foto que acompaña al texto. No gané, pero ahora lo dejo aquí, para quien quiera leerlo...





Varada en la arena del puerto inicias tu aventura hacia esta nueva vida. Tus costillas, ya salen de las cuadernas, como dos ramas simétricas que crean el esternón que protegerá a los marineros y dará estabilidad en la navegación. Huesos construidos con maña, provenientes de esa madera tan nuestra y que se adaptan a marchas forzadas al mar. Estás creciendo desde dentro, creando la protección y soporte de todo lo que serás y ampararás los órganos más importantes que latirán en tu interior: el patrón y los marineros.

Nunca pensaste, siendo sólo un árbol, que serías capaz de dejar el bosque, de transformar tus cualidades para flotar, para surcar el Mediterráneo empujada por los vientos y por el embiste del motor. Dudo siquiera que pudieras imaginar el dejar de mover tus ramas al son del viento para acompasar tu movimiento al vaivén de las olas.

Cambiarás de danza y de música de fondo. Los cantares de las aves, los croares de las ranas y la armoniosa melodía de los insectos dejarán paso al sonido de los caballos del motor situado en tu popa. De vez en cuando, una manada de delfines pasará rozando tu proa mientras sus voces dan ritmo a tu marcha y te acomodarás al sonido y vibración de las poleas subiendo y bajando las redes.

Tu copa ya no da sombra, ni bajo tu tronco crece la verde hierba, ni tus raíces descienden tierra adentro en busca de agua y alimento. En breve tendrás toneladas de líquido salino sobre el que apoyarte y tu buena relación con el mar será fundamental para emprender esta nueva vida.
Será todo un cambio. Un cambio de uso. Un cambio de hábitat y una nueva aventura que tendrás que superar.

Las manos del artesano lijan las maderas para no dejar ni un asta suelta que pueda suponer un problema. Las maderas que te recubrirán se impermeabilizan dentro del taller y los planos que hace años necesitaba el astillero, ahora se encuentran dibujados en su cabeza y todos sabemos que no habrá ni una rendija entre tus lomos que pueda dejar paso a la entrada de agua indeseada.

Ya colocada tu estructura, como un bebé creciendo en el vientre de su madre, vas adquiriendo la forma de barca que te hará navegar durante años. En esa posición privilegiada que da ser construida en el astillero del puerto, contemplando las embarcaciones ya terminadas y oliendo el mar te acostumbrarás a lo que será tu vida dentro de muy pocos meses.
Las gaviotas se posan sobre ti, intuyendo el olor a pescado que en breve adquirirá tu cascarón y viéndote como una fuente de alimento fácil de conseguir. Los crustáceos que se pegarán a tu fondo te intuyen desde la orilla y los peces que capturarás crecen sin tener constancia de tu construcción.

Aunque faltan semanas para que tengas tu forma final, los que pasamos a tu lado también podemos imaginar las redes ocupando la borda y la emoción de tu dueño saliendo a la mar por primera vez. No te asustes cuando rompan una botella de cava en tu proa ni cuando notes el agua fría acariciándote. Todo eso serán buenas señales. Significará que ya has conseguido tu nuevo objetivo: ser una barca de pesca.

Serás el sustento para una familia. Arrastrarás las redes que pescarán rapes, merluzas, gallos, lenguados, calamares y alguna gamba que serán comidos por muchas personas. También morralla, que servirá de base para algún buen caldo de sopa o paella. Esperarás paciente durante los días de descanso, durante las horas de la noche en las que ocuparás tu embarcadero. Verás a gente pasar y pasear por la dársena que te compararán con otras embarcaciones. No te preocupes tampoco. Unas serán consideradas más grandes y bellas, otras más viejas y pobres. Pero todas tenéis vuestra función.

Los días de faena, te esperarán ansiosos a tu llegada a puerto. Cada día sorprenderás con más o menos pescado. Pero siempre habrá alguien esperándote en el amarre para comprobar cuánta captura traes. En la lonja se subastará tu trabajo y en casa de tu patrón y sus tripulantes agradecerán o maldecirán la productividad de esa jornada. Pero, por muy malo que haya sido el día, volverán. No te dejarán.

Algún día llevarás a los niños a pasear. Los 16 de julio te engalanarán para portar y pedir protección a la Virgen del Carmen, tu patrona. Puede, incluso, que llegue un momento en que te cambien tu funcionalidad inicial. Pero, ante todo, nunca olvides ver el mar como el medio para tu libertad.

Nunca te sentirás lejos de casa, porque tu casa será el agua salada. No importa el mar o el océano que surques porque sabes que cualquiera te puede llevar al puerto donde naciste y al que entraste por primera vez en contacto con tu nuevo hábitat.

Los días de buenaventura serán incontables y las capturas serán numerosas. Días de buena mar, con sol y calma en los que las diez horas de faena serán como un agradable paseo. Pero cierto es que tampoco estarán ausentes los días tormentosos. Las olas entrando por proa, babor o estribor que harán demostrar tu capacidad de escorarte sin volcar. El miedo se apoderará de todos, de los que van sobre ti y de los que se han quedado en tierra. Pero serás capaz de superar las peores tormentas y de volver sana y salva a puerto.

Tu capacidad será máxima. Tu trabajo será reconocido. Te someterán a constantes cuidados, a limpiezas de casco, a embellecimientos de la cubierta, a cambios de motor y de instrumentos de pesca. Pero esas costillas que ahora te vemos seguirán hasta que aguanten. Hasta que la vejez, el uso y la acción del mar les dé una merecida jubilación y te haga reposar otra vez sobre la tierra o, en el peor de los casos, sobre el fondo marino. Allí, en cualquiera de esas dos partes, tu madera se deshará y tú volverás a descansar sin moverte más del suelo.

viernes, 17 de octubre de 2008

Necesito escribir para mi

Necesito escribir para mí. Necesito contar mis cosas, mis ideas, plasmar las cosas que siento. Y, desde hace un tiempo, me falta el tiempo. Pienso muchas cosas, escribo borradores en mi cuadernito de Divinas Palabras que, con su “just write it” me invita a llenar hojas. Pero a mis días les faltan horas para poder pasarlo al ordenador y poder ir continuando con este blog que, aunque sin fiesta de aniversario, ya ha cumplido un año.

La verdad es que estos últimos doce meses han sido diferentes, en momentos largos (por no decir interminables), y en otros rapidísimos. En estos meses he pasado de ser una becaria infeliz con buen sueldo en la otra punta del mundo, a una proletaria mileurista y feliz en casa. He conocido a gente y he viajado mucho. He reído y he llorado, he querido y he maldecido. Y, lo más importante, he conocido a gente que me ha marcado para bien y para mal.

Ahora, con mi vida de pluriempleada, no tengo mucho tiempo para mis cosas. Cierto es que me paso el día escribiendo. Por las mañanas me encargan ponencias para un congreso, noticias para la web, para la revista, cartas para mandar a no sé dónde… Y por las tardes entro en el apasionante mundo de la Serra de Tramuntana y el proyecto para declararla Patrimonio de la Humanidad. Entre medias, a la hora de comer, mientras miro un poco la tele, cuando me meto en la cama o mientras estoy en rehabilitación (no es nada grave, simplemente que tanto trabajo me ha contracturado la espalda) me centro en intentar sacar las cinco asignaturas de publicidad que he cogido este semestre.

Así que, mi vida se centra en escribir, pensar y escribir más. Pero no de mis cosas y, aseguro que lo necesito. Por este motivo, no sé muy bien cómo, intentaré sacar unos minutos diarios para mis propias ideas, para los relatos breves que tengo en la cabeza o, simplemente, para copiar del cuaderno al Word todo lo que he ido esquematizando en cualquier momento. Ya veré si soy capaz.

jueves, 28 de agosto de 2008

Boda de Tita y Chema

Tita y Chema son un todo. Hace años que ya no los concebimos como individuos independientes. Son una de esas parejas que llevan “toda la vida” y que ya no te los imaginas por separado. Se adoran, se complementan y, a veces, también se cabrean. Pero, son, al fin y al cabo, una pareja hecha para estar juntos.




Por eso, el 16 de agosto y después de casi un año de saberlo, nos plantamos todas las amigas en la gran boda. Llevábamos meses pensando en cómo sería. Algunas habíamos visto fotos del vestido por internet, otra en vivo y en directo. Pero ninguna podía imaginarse lo guapa que iba a llegar a la cripta de Santa Cruz.



Casi con puntualidad británica entró en la iglesia del brazo de su hermano Biel y nosotras, sentadas en tercera fila, lo suficientemente lejos como para dejar espacio a los testigos y a la familia, y lo suficientemente cerca como para verle la cara en todo momento a los novios, nos emocionamos. Fue sólo la primera de las emociones de la tarde-noche. A continuación vendría la promesa de fidelidad y respeto de por vida, el ball de bot, el cuento de Juanjo y los aplausos dentro de la cripta.





Luego, el viaje en bus con Pedrito como auténtico protagonista y la llegada al Palau con la subida por las escaleras como si fuera una auténtica boda de gala. Aperitivos buenos, charlas de un rincón al otro del claustro, fotos muy nuestras, lanzamiento de ramo que, sin trampas ni pegarme con nadie, me tocó a mí, alguna que otra copa para empezar bien la noche y una cena exquisita. Gritos, aplausos, besos, regalos, nombramientos y alegría por los cuatro costados. Baile hasta las 5, numerito de la Jurado-Alemany, de Spears-Torres y vuelta a Palma en otro “vuelo” memorable.



De momento, no tenemos más bodorrios a la vista. Pero, la próxima, tendrá que esmerarse mucho para igualar esta.



Ahora, el nuevo matrimonio se pasea por Rusia celebrando su luna de miel y nosotras, esperando las nuevas de este viaje y de la experiencia de sus primeros 15 días como marido y mujer.