domingo, 28 de octubre de 2007

El Ono Estadi en Bogotá

Estar en el extranjero ahora no es tan duro como hace un tiempo. Si bien es cierto que la lejanía se nota, que las costumbres caseras se echan de menos y que acostumbrarse a un nuevo país, una nueva cultura y, en muchos casos, otra lengua es difícil, las nuevas tecnologías nos ponen las cosas más fáciles.


Cada día, el correo electrónico me trae las nuevas de mis compañeros de clase que están repartidos por todo el mundo, de los amigos de Madrid, de Roma y de Palma y el MSN o skype nos dan esa cercanía de la “conversación”. Mediante este blog, puedo leer vuestros comentarios a mis posts, diariodemallorca.com me transporta a la actualidad mallorquina, española e internacional y el teléfono me deja oír la voz de la familia.

Pero, hoy ha habido una cosa que me ha transportado más a casa, que me ha hecho vibrar y enfadarme, volver a enfadarme y contentarme con un empate. Esta mañana (en Bogotá era mediodía), ESPN en español me ha llevado hasta la tribuna de Son Moix (ahora Ono Estadi) y he podido ver el Mallorca - Espanyol desde la cama. Me ha fallado escuchar el carrusel y ver la tele compenetrados, porque me llegaba la imagen medio minuto antes que el sonido. Pero bueno, escuchar a Jordi Jiménez y a Pedro Fullana también ha valido la pena.


Los que me conocéis sabéis que el fútbol es el único vicio que tengo y poder disfrutar de él estando aquí me da unos puntitos de vida muy necesarios. ¡Y más este año que el Mallorca terminará en puestos UEFA! Algunos ya habéis oído mi teoría sobre mi influencia en la marcha del equipo. Si el año que estuve en Roma ganamos la Copa del Rey (final a la que gracias a mamá pude ir), este año nos vamos a salir de la tabla…

Pues nada, a disfrutar mucho del domingo que vosotros hoy habéis tenido una hora más de día y a mí me permite estar a sólo 6 horas de diferencia horaria…

sábado, 27 de octubre de 2007

Crespells de Halloween y otras cosas dulces

Bogotá no es una ciudad fácil para vivir. El clima es un poco desagradable, el tráfico es una auténtica locura y la altura hace complicado hacer ejercicio. A pesar de eso, la "burbuja" en la que vivimos no está mal. Según la guia de Colombia, vivo a una cuadra del parque más chic de la ciudad, en un edificio que ganó un premio nacional de arquitectura y con todo lo que quiera a domicilio.

En cuanto a la comida colombiana, es bastante pesada, pero a mi me gusta. ¡Hasta he comido plátano frito! Eso sí, lo mejor de esta ciudad para comer son los postres de la cadena Crepes&Wafles (una especie de Vips colombiano).




Por cierto, esta foto se la dedico a "ses meves germanes perquè sé que en veurer-la voldreu venir a probar aquests wafles amb nutella...". Bueno, aunque ahora me tengo prohibidos estos dulces, la primera semana, en uno de esos momentos de bajón, las mujeres tuvimos que recurrir a una buena dosis de chocolate. La verdad es que una ración de wafles alegra a cualquiera y las penas se nos pasaron por unas horas. Además, lo que son las cosas, esos wafles hicieron de pared para todo lo que bebimos esa noche (que no fue poco).

Otro de los grandes descubrimientos de Colombia son los jugos de frutas. Aquí hay una cantidad de fruta y verdura buenísima y barata. Hemos conocido la guayábana, el lulo, el maracuyá y muchas frutas más. La verdad es que en todos los restaurantes sirven zumos naturales muy buenos y a buen precio.

Otra de las cosas que hemos probado, son las galletitas de Halloween (de las que no tengo fotos). Aquí, como en casi todo el mundo, se celebra halloween y todas las tiendas y muchas casas están decoradas con calabazas y cosas típicas de estas fechas. Además, hacen unas galletitas con formas de murciélago, calaveras y calabazas que saben un poco a los crespells mallorquines de semana santa. Bueno, aunque sea con seis meses de diferencia a nuestras fechas normales, puedo decir que he comido crespells en Bogotá.

jueves, 25 de octubre de 2007

Las uñas de la venezolana



Hoy no puedo hacer otra cosa que abrir el post con esta "preciosidad" de uñas. Pertenecen a una venezolana muy chunga que teníamos al lado en un curso sobre las negociaciones de acceso a los mercados de los productos no agrícolas. Imaginad qué emoción más grande tener que levantarse a las 7 de la mañana (el martes a las 6) para acudir a un taller que se preveía muy bueno y que ha resultado ser un palo.
Para haceros una idea, el profesor del primer día empezó sus charlas repartiendo chocolatinas porque, dijo, "será lo único dulce de las jornadas". Nunca pensé que pudiera tener tanta razón. Ya no sólo porque el tema no es muy favorable a los países de latinoamérica y el Caribe (casi todos presentes con representantes de sus ministerios de Economía o Comercio Exterior), sino porque ayer fue una serie de despropósitos constantes. Vamos, el profesor iba de graciosillo (entre gente bastante importante) y llegó un momento en que empezó a preguntar a la gente por los números romanos que correspondían a unos capítulos de la "biblia del comercio exterior". Algo surrealista cuando decía, "a ver, este número que es fácil" y cuando lo respondían -con cara de no poder creerse lo que le estaba preguntando el profe, decía "pero te lo sabes porque es el código de tu país o porque lo has leído". Vamos, algo impensable.
Pues a lo que iba, que lo mejor de todo han sido estas uñas tan fantásticas que le hemos fotografiado a la venezolana haciéndole creer que nos han encantado y que queríamos coger modelo para cuando fuéramos a España. Es increíble lo que les gusta a esta gente que les hagamos caso y lo preciosas que se ven con estas horteradas.

domingo, 21 de octubre de 2007

Fin de semana en la cama

Ya me parecía raro no haberme constipado con lo duro que es el clima de Bogotá. Pero, este fin de semana, cuando se cumplen dos semanas de mi llegada a esta ciudad, la "gripa" ha hecho su aparición. La verdad es que no me extraña nada estar enferma, y lo peor es que me veo así todo el año.

El clima en Bogotá es de continuo otoño con momentos de sol picante y de lluvias tropicales. De repente (y en esto me siento un poco en casa viendo las tormentas que pasan sobre Mallorca), el cielo se pone negro y descarga toda el agua que se pueda imaginar. De vez en cuando, el granizo también cubre las calles y aceras de blanco. Por cierto, la primera impresión que tienes al ver las aceras de Bogotá es que están altísimas, que son muy incómodas y que, el día menos pensado, nos matamos al cruzar una calle. Cuando ves las tormentas y lo que se inundan las calles, entiendes que esa altura es una forma de proteger a los peatones contra los conductores salvajes que pasan por las balsas de agua mojando a todo el personal.

Pues, de volver a casa con los pantalones empapados, de los cambios climáticos estos que matan a cualquiera, me han dado unas anginas de caballo.

Menos mal que este fin de semana hay mucho deporte por la tele y me he pasado el fin de semana viendo liga española, tenis de Madrid y, ahora mismo, F1...

jueves, 18 de octubre de 2007

Si señora María; bueno señora María

Tras una semana de adaptación a mi nueva vida, estos días están siendo los de inmersión total. Para empezar, ya me he hecho la manicura por poco más de 2’5 euros, me he apuntado a un centro de belleza donde moldean mi cuerpo a base de masajes de dos horas tres veces a la semana y he contratado a una mujer para que limpie mi casa una vez a la semana por 6 euros.
Además, este es el país del “todo a casa”. Hacemos la compra por teléfono o internet. Llamas para que te traigan unas cervezas, un paquete de tabaco o una aspirina (de allí, ampliad a todas las cosas imaginables). Y, todo ello con un “si señora, claro señora”. ¡Es increíble lo rápido que se adapta uno a la buena vida!
Ahora estoy pensando contratar a una empresa que me traería la comida y la cena de dieta a casa (vamos, como funcione, voy a volver a Palma más pivón que todas las colombianas operadas). Esta idea que ya se nos ocurrió a María y a mi hace tiempo, aquí está muy bien asentada y tienen unos menús muy apetecibles y buenos. Ayer me dejaron probar una cena para que viera la calidad y, realmente, estaba todo buenísimo.
Otra de las cosas mejores que tiene este país es la gente. Todo el mundo es amabilísimo y les encanta hablar con los españoles. Eso sí, cuando saben que trabajamos para la embajada, es difícil saber muy bien si lo que quieren es conseguir un visado rápido o simplemente charlar. ¡Si supieran que nosotros todavía no hemos pisado la embajada!
Bueno, definitivamente, si algo agradezco del destino que me ha tocado es poder entenderme con la gente y, así, acercarme más a su cultura sin tener que esperar a hablar bien el idioma.

martes, 16 de octubre de 2007

Sabor al pan con queso de Heidi




Hoy he puesto sabor a una de las imágenes de nuestra infancia: cuando Heidi come pan con queso recién hecho de sus ovejas en lo alto de las montañas y, normalmente, compartiéndolo con su inseparable Pedro. Pues bien, este sabor es el de las arepas de queso. Las arepas son el pan típico de aquí. Son una masa como de pan mojado que puede estar rellena de cualquier cosa, aunque las que más hemos visto son de queso. El queso es de un sabor intenso, como recién ordeñado de una cabra, por lo que le da ese sabor “Heidi”.


Bueno, toda esta teoría la he descubierto en lo alto de Monserrate, el monasterio de Bogotá que está situado a más de 3000 metros y al que hemos subido en funicular. Las vistas desde allá son impresionantes y, para mí, la única forma de entender bien cómo es esta ciudad. Impresiona ver que Bogotá no termina nunca y que hay un gran contraste entre casitas bajas y antiguas y las modernas construcciones rascaciélicas (creo que me acabo de inventar una palabra).



Hoy, pese a que ayer algunos salieron, hemos tenido un día bastante cultural. Hemos visitado el barrio de la Candelaria, con su plaza Bolívar, en la que había una manifestación y mucha gente bailando al son de un grupo popular. Allí llama la atención una inscripción sobre el mármol de un edificio que reza “Colombianos: las armas os han dado independencia, las leyes os darán libertad”.

Dentro de este tour bastante interesante, hemos parado en el Museo Botero. Realmente es un conjunto en el que se engloban tres museos: el Botero, el de Arte y el Numismático. Aunque, en el estado de esta mañana, sólo hemos visitado el Botero.
Mañana volvemos al trabajo, y esta vez ya con “el jefe”, el consejero en la oficina. Yo espero que empiece a darme trabajo porque sin nada que hacer me aburro un poco.

lunes, 15 de octubre de 2007

Adiós al Gran Hermano

Tras una semana en Bogotá, más o menos ha acabado el Gran Hermano que teníamos montado los cuatro becarios. Durante estos siete días, Lucía, Pablo, Grego y yo compartimos un apartamento de dos habitaciones y un baño en el Viaggio (una cadena de apartahoteles bastante decente). Lucía y yo hasta compartíamos cama. Fueron unos días de estar juntos 24 horas que, pese a que nos llevamos bien, al final era un poco estresante.

El viernes me instalé en el pequeño apartamento que he alquilado en un edificio precioso. Lucía y yo estamos a 30 segundos andando de portal a portal y cerca tenemos el Parque de la 93, un jardín-plaza en el que hay buenos restaurantes y sitios para salir. El trabajo también nos pilla cerca, a unos 10 minutos andando.
Ayer, para salir un poco del gran hermano, me pasé el día en casa, poniendo orden en mis cosas y haciendo un poco de ama de casa. La verdad es que no tenía demasiada necesidad de salir porque el miércoles ya nos pegamos una buena marcha. Aunque parezca mentira, empezamos con cervezas a las 5 de la tarde, para continuar con un buen roncito y terminamos en un antro bastante cutre donde se nos hicieron casi las 2. El problema vino al día siguiente, cuando sonó el despertador a las 6:30 para ir a trabajar. Creo que voy a tener que distribuirme las salidas para no liarla demasiado!!!
Como veréis en las fotos, mi casa es pequeñita pero suficiente para recibir visitas. Además de mi cama de matrimonio tengo un sofá cama que puede acogeros perfectamente.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Trabajo y casa

Por una vez que he decidido escribir un diario de todo lo que me está ocurriendo en esta nueva etapa de mi vida, no es cuestión de ir saltándome días… Ayer fue agotador y por eso no fui capaz de escribir. Hoy no ha sido más descansado y, encima, tengo que terminar un trabajo de la UOC, pero creo que antes debo seguir con esto.
Ayer empezamos a trabajar. Más bien dicho, fuimos a la oficina y mareamos por allí de 8:30 a 16. http://www.oficinascomerciales.es/icex/cda/controller/pageOfecomes/0,,5280449_5282899_5283038_0_CO,00.html Luego, nos adentramos de lleno en nuestra odisea de buscar piso. Menos mal que sabemos lo que queremos y dónde lo queremos y, aún así, nos pegamos unas pateadas que nos matan.
Esta ciudad está dividida en distritos bastante grandes y las calles no tienen nombre, van numeradas. Paralelas al cerro están las carreras y perpendiculares, las calles (o eso creo porque llevo un lio tremendo). Pues bien, entre ayer y hoy nos hemos recorrido todo un barrio visitando los apartamentos individuales amueblados (y alguno sin muebles). Aunque pueda parecer lo contrario, un apartamento en esta ciudad es bastante caro –y más donde lo queremos-. Para haceros una idea, la media de un aparta estudio (unos 50 metros cuadrados) con gastos de comunidad, agua, alcantarillado, electricidad, internet, teléfono y televisión por cable, ronda los 600 euros mensuales. Vamos, que se nos va a ir muuuucho dinero en esto.

Una cosa que llama la atención es que la electricidad y el agua son más caras o menos dependiendo del estrato en el que te encuentres. La ciudad tiene 6 estratos que van desde lo más pobre (estrato 1) al más exclusivo (6). Que los "ricos" paguen facturas de luz y agua más caros es como subsidio para los más pobres. Vamos, que si de verdad es así me parece una cosa muy buena, así que no pondré pegas en pagar 5 ó 6 euros más al mes.
Otro de los problemas de Bogotá, además del piso, es el tema masculino. Lucía y yo estamos un poco preocupadas por eso (bueno, Lu está mucho más preocupada que yo) y, la verdad, es que es para preocuparse. Pero bueno, de esto ya haré un post especial…

domingo, 7 de octubre de 2007

El Mercado de las Pulgas

Bueno, continuando con este diario, deciros que aquí ya nos hemos adaptado al horario colombiano. Hoy, domingo, nos hemos levantado a las 7 y cuando hemos salido de casa, sobre las 10 de la mañana (yo estaba viendo el Barça-Atlético cuando me han dicho que nos íbamos), daba la sensación de que era tardísimo. El ritmo de aquí es muy diferente al de España y los horarios de las comidas también. Suponemos que esto se debe a que amanece a las 6 y anochece 12 horas más tarde. Así que nos adaptamos a la luz del sol. En cuanto a la velocidad, sólo puedo decir que la pachorra es habitual aquí. Eso sí, todo el mundo es muy amable y simpáticos con nosotros (y creo que con todo el mundo).
Hoy hemos conocido el barrio Usaquén, el Mercado de las Pulgas y hemos comido en La Bombonera. La verdad es que las cosas aquí son bastante baratas. Lucia y yo nos hemos enamorado de mil chorraditas en el mercado, todas a muy buen precio. Eso sí, hasta que no tengamos piso, no podemos comprar nada. La comida, en un argentino bastante bueno, nos ha costado menos de 10 euros por cabeza!!! Vamos, que nuestra dotación económica va a dar de sí.
Mañana empezamos a trabajar y a seguir buscando piso, que eso es una odisea en esta ciudad. O son muy caros o son muy cutres. Además, la mayoría están sin amueblar, así que esperamos el milagro de encontrar 3 apartamentos individuales cercanos y habitables. En cuanto al trabajo, nos han dicho que el horario es de 8:30 a 16:00 horas y los viernes hasta las 14:00. Si es así, será bastante llevadero.
Pues nada, voy a ponerme con un trabajo de la carrera, que el miércoles tengo que mandarlo y todavía no he empezado.
Espero vuestros comentarios y/o emails informándome de vuestras vidas.

La aventura ha comenzado


Ayer, tras un largo viaje de más de 10 horas, aterrizamos en Bogotá Lu, Grego, Pablo y yo. Ahora nos estamos alojando en un aparthotel muy mono y bien situado, aunque estamos como locos por encontrar nuestros pisitos definitivos. Al menos ya sabemos en qué zona queremos para vivir. Ahora falta encontrar algo que baje de los 2.000.000 de pesos al mes.
En cuanto a información básica de este país, puedo decir (por lo poco que hemos visto), que la moneda oficial es el Peso Colombiano. Ahora un euro cuesta, más o menos 2800 pesos pero en las casas de cambio te hacen la pirula y te lo pagan a 2300. El lunes iré al banco para ver a cuánto me compran mis euros y, mientras, voy pagando con tarjeta.
Esta mañana, y como consecuencia del cambio horario y del trajín del viaje, nos hemos despertado a las 7, así que, a las 8:30 ya estábamos dando vueltas por la ciudad (papà, això és lo que t’agrada a tu, dematinar quan ets de viatge). Nos hemos acercado hasta nuestra oficina donde, el lunes, empezaremos a trabajar. Los cuatro pensamos que, una vez incorporados a nuestro puesto, ya no nos dará la sensación de que estamos de viaje, aunque, desde que tenemos móvil (ayer por la tarde fue lo primero que compramos), vemos que la cosa va para largo.
La verdad es que esta nueva experiencia puede ser bastante interesante y muy sana. Desde que aterrizamos no sé cuántos zumos de frutas tropicales hemos tomado!!!!!!!!!
Por otra parte, esta noche hemos conocido a la becaria de Murcia que está aquí y a un exbecario del ICEX que está trabajando aquí y nos han dicho que vayamos con ellos de viaje el próximo fin de semana. Eso sí, Sole, la becaria, va a interceder por nosotros ante el analista para que nos dejen cogernos unos días de vacaciones ya. Esperemos que no ponga pegas y podamos escaparnos a la playita…

lunes, 1 de octubre de 2007

Colombiana por un año

Hoy, día 1 de octubre de 2007 empieza nuestra nueva vida. Y digo "nuestra" porque 240 "jóvenes de la elite" pasamos a formar parte del gran grupo de becarios Icex repartidos por todo el mundo. En mi caso, mi nuevo destino será Bogotá. El viernes empieza esta etapa transoceánica de la que todavía no estoy muy convencida pero en la que tengo puestas todas mis esperanzas.
Ahora debería seguir vaciando mi casa para que la herede mi hermana. Pero cuesta mucho empaquetar cosas y despedirse de lo material y, sobretodo, de las personas. El miércoles tendré aquí a los amigos y familiares que quieran decirme un "hasta el año que viene" y, el viernes a primera hora, pondré rumbo a Colombia. Desde allí seguiré informando de todos los acontecimientos que vayan sucediéndose a lo largo de 12 meses.
Este será mi nexo de unión con muchos de vosotros y os quiero pedir que contribuyáis un poco a que este espacio esté vivo.