jueves, 28 de agosto de 2008

Boda de Tita y Chema

Tita y Chema son un todo. Hace años que ya no los concebimos como individuos independientes. Son una de esas parejas que llevan “toda la vida” y que ya no te los imaginas por separado. Se adoran, se complementan y, a veces, también se cabrean. Pero, son, al fin y al cabo, una pareja hecha para estar juntos.




Por eso, el 16 de agosto y después de casi un año de saberlo, nos plantamos todas las amigas en la gran boda. Llevábamos meses pensando en cómo sería. Algunas habíamos visto fotos del vestido por internet, otra en vivo y en directo. Pero ninguna podía imaginarse lo guapa que iba a llegar a la cripta de Santa Cruz.



Casi con puntualidad británica entró en la iglesia del brazo de su hermano Biel y nosotras, sentadas en tercera fila, lo suficientemente lejos como para dejar espacio a los testigos y a la familia, y lo suficientemente cerca como para verle la cara en todo momento a los novios, nos emocionamos. Fue sólo la primera de las emociones de la tarde-noche. A continuación vendría la promesa de fidelidad y respeto de por vida, el ball de bot, el cuento de Juanjo y los aplausos dentro de la cripta.





Luego, el viaje en bus con Pedrito como auténtico protagonista y la llegada al Palau con la subida por las escaleras como si fuera una auténtica boda de gala. Aperitivos buenos, charlas de un rincón al otro del claustro, fotos muy nuestras, lanzamiento de ramo que, sin trampas ni pegarme con nadie, me tocó a mí, alguna que otra copa para empezar bien la noche y una cena exquisita. Gritos, aplausos, besos, regalos, nombramientos y alegría por los cuatro costados. Baile hasta las 5, numerito de la Jurado-Alemany, de Spears-Torres y vuelta a Palma en otro “vuelo” memorable.



De momento, no tenemos más bodorrios a la vista. Pero, la próxima, tendrá que esmerarse mucho para igualar esta.



Ahora, el nuevo matrimonio se pasea por Rusia celebrando su luna de miel y nosotras, esperando las nuevas de este viaje y de la experiencia de sus primeros 15 días como marido y mujer.

viernes, 22 de agosto de 2008

El síndrome Infanta Elena

El "síndrome Infanta Elena" es un estado emocional pasajero que se da cada cuatro años en individuos con una sensibilidad olímpica especial. Suele comenzar en la gala inaugural y termina con el apagado del pebetero olímpico. Para los españoles, el instante en el que el abanderado nacional pisa el estadio o el momento de encendido de la llama son claves para que se manifieste este síndrome diagnosticado en Barcelona’92 al hacerse famosa internacionalmente la imagen de la Infanta Elena llorando a moco tendido mientras su hermano, el Príncipe Felipe hacía su aparición sobre Montjuic.

Los síntomas que caracterizan esta afección son la lágrima fácil, la piel de gallina (o la gallina en piel, como diría Johan Cruyff), los escalofríos de emoción y la alegría o pena extrema ante estímulos de todo tipo y ante cualquier deporte, deportista o momento significativo que se dé durante los 20 días de competición.



Al ser pasajero, no precisa medicación, ni terapia especial. Es más, se recomienda sacar todas esas emociones que el mundo deportivo nos provoca.
No es contagioso, pero sí puede influir en él la genética y ser más patente entre familiares que padezcan adicción a las retransmisiones deportivas. En este último caso, pueden infectarse del síndrome hacia un deporte miembros que lo tienen hacia otro. Por ejemplo, puede darse un episodio de "síndrome Infanta Elena" durante la retransmisión de una entrega de medallas de ciclismo a un afectado principalmente en gimnasia.

Aunque normalmente es un síndrome que se manifiesta cada cuatro años y en un período de tiempo concentrado entre la inauguración y la clausura de los Juegos, está latente durante el período entre olimpiadas. Por este motivo, es fácil que los afectados por el "síndrome Infanta Elena" tengan episodios esporádicos de su enfermedad viendo otros acontecimientos deportivos ajenos a los Juegos.
Los individuos que no padecen, ni han padecido nunca un síndrome parecido, pueden considerarlo como un período de locura pasajera de sus conocidos y familiares. El hecho de que se cambie el horario del sueño y de la vida de los afectados para poder ver las retransmisiones televisivas en directo; el mero hecho de pensar cuando se enciende la llama que se va a ahorrar durante los próximos cuatro años para estar en la siguiente cita olímpica, o el dejar de lado la vida social para ver cualquier deporte que nunca antes se había visto, simplemente por el hecho de que un español opte a medalla, son también síntomas claros de la afección. Pero, como he diagnosticado antes, no es un síndrome grave ni supone un riesgo añadido para la salud.
De momento, aquí seguiremos con el síndrome en su estado más álgido, a la espera de las nuevas medallas que llegarán para la delegación española y con la idea de ahorrar lo posible y lo imposible para poder estar en Londres 2012, a ser posible con otras dos afectadas al 100%, mis hermanas Carmen y Margarita.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Contra la discriminación positiva

Ahora que tengo mi propio medio de comunicación internacional me voy a mojar hasta el fondo con un tema que lleva años indignándome: la discriminación positiva.

Antes de nada, quiero reconocer que soy una fiel defensora de la igualdad entre hombres y mujeres. Desde siempre he ido a colegios mixtos, he jugado con playmobil, con muñecas, a fútbol y he hecho gimnasia rítmica. Vamos, que tanto me daban las cosas de niños como de niñas. Es más, excepto en casa de mi abuela Luisa el día de Navidad, en el que las niñas ayudamos a quitar la mesa y fregar platos mientras los niños están sentados con los hombres (hecho por el que cada año protestamos), no he vivido en mis carnes la típica diferenciación entre sexos.

Como no he notado diferencias en la educación ni en las cosas que podía hacer o no hacer por el hecho de ser niña, no entiendo por qué ahora tengo que aguantar la “discriminación positiva” hacia mi género. Esos supuestos beneficios que tenemos las mujeres suponen una discriminación negativa hacia los hombres que no lleva a una igualdad de derechos, sino a una nueva diferenciación muy negativa.
Puedo entender que desde la Administración Pública se intente favorecer a las mujeres con hijos, a las separadas que deben reincorporarse al mundo laboral, o a aquellas que tienen alguna discapacidad. Pero no puedo admitir que por ser mujer tenga mayores beneficios sociales, fiscales y laborales que un chico con el que he crecido y me he educado. En igualdad de condiciones (joven menor de 30 años, emprendedor, con estudios o sin ellos, sin hijos, sin hipoteca…) por qué las mujeres tenemos más subvenciones, más ayudas y más facilidades para crear un negocio, por ejemplo.

Bueno, por no hablar de la normativa de las listas paritarias en política o de los altos cargos. En cualquier aspecto de la vida debería prevalecer la capacidad de uno por encima de su condición de hombre o mujer.

Hay que entender que el Mundo está sufriendo la mayor revolución social de su historia (mayor que la industrial) y que empezó hace poco más de medio siglo con la incorporación de la mujer en todos los ámbitos laborales. Además, las Universidades son coto casi privado de las féminas y en unos 20 años más, habrá muchas más mujeres que hombres ocupando puestos directivos en todas las grandes empresas. Pero, ahora, y más en España, la cantidad de mujeres que pueden asumir el mando por experiencia y capacitación, todavía no es el mismo que el de los hombres y no se debería obligar a que ocuparan unos puestos para los que hay hombres más preparados. Igual que, espero, dentro de esos 15 ó 20 años, no se obligue a tener que “colocar” a hombres para alcanzar la paridad. Porque, no lo olvidemos, ese es el gran miedo del género masculino ahora mismo…

Otro tema que me cabrea (y perdonad la expresión) por la discriminación que conlleva es el de ser socio o socia del Mallorca, del Málaga y del Valladolid. Estos tres son los únicos equipos de los 20 que componen la primera división de la Liga de fútbol Española que entre sus carnés de socio incorporan la opción de “mujer”. Normalmente, todos los clubes tienen unos descuentos especiales para jubilados, niños y jóvenes. Pero estos tres discriminan por sexo.

Sé que no es normal quejarse por algo que me cuesta menos económicamente, y más en época de crisis. Pero es algo que considero que incita a otras discriminaciones y, como he dicho antes, yo quiero la igualdad entre hombres o mujeres. O, ¿qué pasa, que cuando cumplo 25 años paso a entender entre 75 y 170 euros menos de fútbol que mis amigos con los que he ido siempre al campo? Si, como es mi caso, voy al fútbol por afición, no por acompañar a un hombre, ¿por qué tengo que pagar menos? Yo ocupo un asiento, grito, insulto, canto los goles, coreo los nombres de los jugadores, me alegro y me enfado igual (o más) que los hombres. Pero pago menos.

Como son principalmente los hombres los que no entienden esta postura mía y me dicen que “para qué te quejas si pagas menos”, me gustaría preguntarles a los que van a ver películas de amor, de estas moñas de mujeres, o a un concierto de Alejandro Sanz por decisión propia qué les parecería si pagaran menos en el cine sólo por ser hombres y considerarse que a esos espectáculos van simplemente para acompañar a sus parejas.

martes, 12 de agosto de 2008

La despedida de Tita

Tita se casa este fin de semana y, como es tradicional en estos casos, las amigas le organizamos una despedida de soltera increíble. En nuestro caso, pasamos de ordinarieces, de símbolos fálicos y de hombres pagados para que se desnudaran. Al contrario de todo eso, decidimos pasar un fin de semana tranquilo y en el que todas participáramos en Menorca.

Después de semanas de preparación y, sobre todo, de reír mientras pensábamos en qué hacer, cómo hacerlo y en la elaboración del material que nos teníamos que llevar, llegó el gran día. El viernes 25 de julio salimos todas antes de trabajar y nos reunimos en el aparcamiento del “moll vell” de Palma para tunear los coches, ponernos el uniforme y salir hacia el trabajo de Tita muy organizadamente.

Despedida Tita


Por supuesto, la novia ya había hecho sus cálculos en cuanto a qué fin de semana iba a ser el elegido para despedir su soltería. Pero no era consciente de la hora ni el día exacto en que pasaríamos por ella. Por eso, cuando de los coches (y de nuestras gargantas) oyó el gran éxito musical “Pepino, pepino”, se emocionó.

Cargados los dos coches hasta la bandera, y con los walkies en manos de las copilotos para mantenernos en contacto, partimos hacia Alcudia. Allí: primer modelito. Tita se convirtió en la azafata del barco que cualquiera desearía: rubia, con una micro falda y un chaleco de avión sólo apto para ser aguantado por una futura esposa. En el barco, mucho agua de valencia y un bingo bien divertido al que se apuntaron los demás pasajeros.

En Menorca, esa primera noche no salimos del hotel y la mitad de las amigas se hicieron un book con la novia que va a ser difícil de superar por el de verdad.

El sábado, nos tocó día de playa y, como Menorca es de las Baleares la más virgen y desconocida, nosotras nos vestimos de hawaianas para ir a la conquista de una de esas calas escondidas. Después de horas y horas a pleno sol, fuimos hasta la otra parte de la isla, Mahón para pasear un rato y cenamos a la inglesa y con pleno sol en la terraza del hotel para llegar a tiempo a ver los caballos de las fiestas de Fornells.

Vaya noche la de las fiestas. Nosotras, iluminadas por los pines chinos, con nuestros velos rojos, en plan cortejo nupcial, y la novia, como atracción principal. Lanzamiento de ramo desde el escenario, manteo y vuelo gracias a un grupo de chicos, streaptess gratuito ofrecido por unos chicos encantadores catalanes, pilladora número uno ampliando su agenda, el pobre Aleix recibiendo calabazas de tres de las once, mucho alcohol (para las que no tenían que conducir) y vuelta al hotel a una hora razonable.

El domingo, además de la visita al PAC para la inyección de primperán, la jornada fue tranquila en Ciudadela. Comida de adultos en el restaurante Ca’n Nito, compras para novios (las emparejadas), regalos de la novia para todas las amigas y un regalo muy especial para mí de todas ellas…

Ahora nos toca la boda y la promesa de que, aunque ninguna se case, cada año tenemos que hacer un viajecito para nosotras. Esperemos que se cumpla…

martes, 5 de agosto de 2008

El Canto del Loco - Concierto en Palma, 6 de julio de 2008

Hace ya un mes fui al, para mí, concierto del verano. Hacía más de dos meses que tenía entradas para ir a ver a Dani Martín y su banda, “El Canto del Loco” en Son Moix y la cita no defraudó. Es más, la Caixa (y los puntos de la Visa) me regalaron las dos entradas antes de renunciar formalmente a Colombia…

Con mi prima Margalida llegamos al recinto sólo dos minutos antes de que la estructura metálica situada sobre el escenario reflejara la evolución de un feto y arrancara “Personas”, la canción que da nombre al último CD del grupo. Tras esa, todo el repertorio de grandes éxitos y sus nuevas canciones coreadas por una masa de fans en la que, contradiciendo lo que yo imaginaba, había mucha gente mayor además de las quinceañeras asiduas a estos espectáculos.

El calor de esa noche, del domingo 6 de julio, era infernal, y nuestras pieles literalmente se “pegaban” unas con otras por la transpiración que producía la gran humedad del ambiente. Pero, aún así, nadie dejó de bailar y saltar durante las más de 2 horas que duró el concierto. “Por ti”, “Son sueños”, “Zapatillas”, “Puede ser” y un largo etcétera de canciones cantadas en los últimos años nos pusieron los pelos de punta en muchas ocasiones durante la noche.



Eso sí, sin duda, mi descubrimiento de la noche fue “el primo”. David Otero es el primo de Dani Martín y, todo hay que reconocerlo, es realmente el guapo del grupo. Además, se está descubriendo como un gran cantautor. Pongo aquí la canción “Todo lo hago mal” que he encontrado por Youtube de alguien que la grabó durante el concierto. No es, para nada, el estilo habitual de la banda, al contrario, se acerca más al estilo de otros de mis cantantes preferidos. Pero, como veréis, también tiene tirón entre las niñas…