lunes, 22 de diciembre de 2008

Conciertazo de Ismael Serrano en Madrid

“De un tiempo a esta parte, llego siempre tarde a todas mis citas, y la vida me parece una fiesta a la que nadie se ha molestado en invitarme (…) Últimamente me cuesta tanto, tanto, tanto, no amarte”



Los años no pasan en balde para nadie. Para unos el paso del tiempo es mejor que para otros, aunque las hojas del calendario las vamos arrancando todos. Ayer fui a ver a una de esas personas que me demuestra que me voy haciendo mayor y que ya lleva 10 años acompañándome. Empecé mis vacaciones de Navidad en Madrid, viviendo una de esas noches mágicas a las que nos tiene (mal)acostumbrados Ismael Serrano. Esta vez la he vivido con Pablo en el escenario donde, hace 9 años y con otra gente, descubrí los directos de música, teatro y anécdotas de mi cantautor favorito.




“Tallando en cubitos de hielo futuro y promesas”



Recuerdo un día de hace ya muchos años, subiendo hacia Deyà en el coche de Javi Perelló, cuando conocí a Caperucita. No la caperucita roja del cuento, sino la caperucita que tan solo tiene 16 primaveras sin flores y ya ha sido denigrada por su padre, luego vendrá su marido y por la sociedad. Tras ese primer contacto con “Atrapados en Azul”, el primer CD de Ismael, llegaron las demás canciones y yo aterricé en Madrid, en el Estu, en el CEU. Conocí a Paloma, a Fu, a la Soci, a Gemma, Sofi, Sandra, Carmen, Pati, Podo, Pili, a Javi, el parque Almansa, Campus, el Iron y las fiestas del Chami… Conocí la vida fuera de casa y aprendí a valorar nuevas músicas con un significado más allá de la melodía, música en la que la palabra tiene más importancia que el tono, y me enamoré.


“Pero sucede también, que sin saber cómo ni cuándo, algo te eriza la piel y te rescata del naufragio”


El primer concierto fue todo un espectáculo. El Palacio de Congresos lleno hasta la bandera. Mucha gente joven y algún mayor con ganas de seguir disfrutando de la canción protesta, de sentirse el padre que cuenta “aquel cuento tan bonito de aquel guerrillero loco que mataron en Bolivia”. Tras ese han venido muchos, en Madrid y en Palma, incluso una comida-tertulia con él en el comedor de invitados del Chami y me acompaña en los momentos buenos y, principalmente, en los tristes. Y, por último, ayer. Volví al mismo escenario que la primera vez, con una entrada comprada hace más de 8 meses y con muchos nervios por la cita con Ismael después de 2 años sin verlo en directo.


“Agarrate de mi mano, que tengo miedo del futuro, Y detrás de cada huida estabas tú”


El concierto fue diferente a los demás. Reconocí a un Ismael más vivo, más alegre y encantado de estar en casa. Pero, principalmente, descubrí a la pareja perfecta para vivir un concierto suyo. Ayer, Ismael dedicó una canción a aquellas personas que estaban allí medio obligadas por el novio, o a la novia. Graso error ir sólo por acompañar. A un concierto de Ismael se tiene que ir gustándote, sabiéndote las canciones y preparado para sus historias. Por eso, con Pablo (y sé que a él le pasó lo mismo) viví tres horas de magia compartida que serán muy difíciles de igualar. Fue uno de esos conciertos que se te quedan grabados, con las canciones de siempre (y alguna ausente), con el público entregado y él, más todavía.


“Y ahora que te veo veo que aún arde la llama que encendiste. Nunca, nunca es tarde para nacer de nuevo, para amarte”

No sé cuándo tendremos otra gira. Supongo que ahora, tras 122 conciertos en España y Latinoamérica en poco más de un año, se tomará un pequeño descanso. Aquí estaremos esperándole para cambiar nuestros mundos un ratito, en Madrid o en Palma, al principio, en medio o al final de la gira. No sé ni cuándo, ni dónde, pero sí sé con quién. ¿Pablo, querrás acompañarme al próximo?

jueves, 18 de diciembre de 2008

Como la vida misma...

Un chico del PARTIDO, termina el bachillerato y no tiene ganas de estudiar nada.

Como el padre también es del PARTIDO y es un tipo con malas pulgas, lo aprieta:

- ¿Ah? ¿No quieres estudiar? Bueno, yo no mantengo vagos, así que vas a trabajar.

El padre, que tiene algunos amigos políticos dada su larga trayectoria, trata de conseguirle un empleo en LA JUNTA y habla con un amigo:

- Oye, Manolo, ¿te acuerdas de mi hijo? Bueno, acabó el bachillerato y no quiere estudiar por ahora. Necesitaría un puesto como para que empiece a trabajar mientras decide si va a seguir una carrera.... El asunto es que haga algo y no vaguee, ¿entiendes?

A los tres días llama Manolo:

- Oye. Que ya está, he encontrado algo para tu hijo. Asesor de la Comisión de Salud de la Junta. Unos 9.000 euros por mes. Está guay, ¿no?­

- ¡Nooo, Manolo! ¡Es una locura! Tiene que comenzar desde abajo.

A los dos días, de nuevo Manolo:

- Ya lo tengo. Le conseguí un cargo de Secretario Privado de un Diputado. El sueldo es más modesto, de 5.000 euros al mes.

- ¡No, Manolo! No quiero que la vida se le haga tan fácil de entrada. Quiero que sienta la necesidad de estudiar, ¿me entiendes? Si gana esa pasta no estudiará nada.

Al otro día:

- Tío, ahora sí, Ayudante del Encargado del Archivo, con algo de informática, claro que el sueldo se va muy abajo ... serían 2.800 euros, nada más.

- Pero Manolo, ¡por favor!, consigue algo más modesto. Es un niño aún. Algo de 500 euros.

- No tío, eso es muy difícil ...

- ¿Por qué?

- Verás ... esos cargos son por oposiciones, se necesita currículum, título universitario, masters ... ¿Me entiendes? ...



Yo sí lo entiendo. Cada vez que añado una cosa a mi currículum, mi sueldo baja 100 euros... Es más, a partir de ahora creo que voy a mentir en mis estudios, experiencia, idiomas, etc: Voy a empezar a quitar cosas, a ver si me contratan en algún sitio con un sueldo mayor al mileurismo.

martes, 2 de diciembre de 2008

Los colores del cielo

Cuando un niño pinta el cielo, lo suele hace de color azul. Pero, a medida que va creciendo, ese mismo cielo adquiere diferentes tonalidades. Unas veces depende de la imaginación del pintor y otras de lo que ha visto realmente.

En el caso del cielo mallorquín, hay infinidad de cuadros que muestran una bóveda multicolor, destacando los tonos morados y amarillos jugando con toda la paleta de intensidades. Alguien que no conoce la isla, puede pensar que el dibujante quería transmitir una sensación que puede ir desde el romanticismo más cursi al catastrofismo más puro. Pero, la realidad es que Mallorca presenta ese cielo y es una muestra clarísima de que la naturaleza es mucho más creativa que el hombre o la mujer más imaginativo.



Castell de Bellver visto desde Es Baluard



En otoño, estos cuadros naturales se repiten con asiduidad. Las variaciones constantes del tiempo en esta estación propician unos movimientos de nubes, unos cambios atmosféricos y unas condensaciones de agua en la atmósfera que favorecen la proliferación de estos espectáculos naturales que duran horas y a su vez, a medida que pasan los minutos, van cambiando como las figuras en un caleidoscopio.

El cielo visto entre un arco del Castell de Bellver


Últimamente, he podido ver el cielo de diferentes maneras. Siempre impresionante y siempre recordándome por qué no podía ser feliz en un lugar sin cambios de estación, con pocos días de sol y con mucho pero que mucho gris sobre nuestras cabezas.



Cielo anaranjado visto desde el aparcamiento de Carrefour

Hoy, el cielo está blanco, hace mucho frío y llueve. En el Puig Major hay nieve, los embalses están al 100% de su capacidad, los torrentes van cargados y las “Fonts Ufanes” han vuelto a reventar. A pesar de todo esto, y quitando mi medio bajón por llevar una semana con este tiempo invernal, el cielo me sigue recordando que es sólo una cosa pasajera y que en cualquier momento puede salir el sol…