sábado, 24 de noviembre de 2007

Las locuras en Bogotá

Bogotá, pese a que los nativos dicen que es una ciudad moderna y con cosas que hacer, no tiene mucho que ofrecer. Es gris, hostil y rige la ley del más fuerte (principalmente en la lucha tráfico-peatón). Es una ciudad en la que tanto llueve como sale el sol y que, pese a “estar 2600 metros más cerca de las estrellas”, pocas veces se ven.

Es la ciudad de los contrastes. Tanto da estar en una calle llena de edificios modernísimos que, girarse y tener una casita pequeña y bastante cutre. En cuanto a los vehículos que transitan por el asfalto (en algunos casos, casi trincheras), hay una mezcla entre coches de todas las épocas, busetas que sacan humo negro y denso como carritos de caballos que hacen las veces de recogida selectiva. Según lo que leí en el periódico, en Bogotá circulan más de 3000 caballos y asnos, lo que me parece un número desorbitado para una ciudad que presume de ser de las más desarrolladas del continente…


Sumado a todo está además, el hecho del cambio horario, no ya la diferencia de 6 horas que nos separa de España, sino del cambio del reloj de uno en esta ciudad. Desde que hemos llegado yo he transformado mis tiempos normales de hacer las cosas, principalmente, de despertarme. El hecho de poder dormir un sábado o domingo hasta las 3 de la tarde, aquí es impensable. La cama me “escupe” muy pronto y a las 9 ya estoy en pie. Todo esto, me está volviendo un poco loca y ya he tenido el segundo episodio de esta nueva fase de mi vida. El primero, ocurrió hace una semana, cuando fui a la peluquería a las 7:15 de la mañana para que el peluquero me arreglara el pelo por primera vez después del alisado. Además de lavarlo y devolverlo a su estado normal, me maquillaron y fui al trabajo hecha una “colombiana”. El segundo episodio ha sido hoy sábado, cuando he ido al gimnasio a las 8:30 para hacer media hora de cardio y una de yoga.


Definitivamente, menos mal que en diciembre me espera Río de Janeiro y Palma, porque como me pase más tiempo encerrada aquí, empiezo a mandar currículos a España y me vuelvo a la mínima oportunidad.

3 comentarios:

Tita Salom dijo...

Hola reina!! como es que estàs?? sabes que estas de cambiada con estos horarios..no te preocupes que en navidades volveremos a los horarios de siempre y a las buenas comilonas de casa, chocolates, patatillas...bé, yo solo os mirare...espero...
Bueno guapa, gracias por lo del concierto de ismael...ya quedaremos para ver si nos podemos llamar durante el concierto!!
Bé lluqueta, te he de dejar xq como siempre soy por el trabajo
Muuuuchos besos y ya queda menos!!!!

Eva dijo...

Ay, acabo de encontrar una diferencia entre nuestras ciudades, aquí no hay caballos por la calle!!!!
En lo demás, las busetas con humo y los coches de todas las épocas, coincidimos.
Y no poder dormir los fines de semana hasta que uno quiere, es horrible!!!

Ánimo!!
Besos desde Quito

Anónimo dijo...

Ánimo cuando el camino se ponga cuesta arriba. Y sigue escribiendo, que te leemos desde todas partes del mundo!!!

Un beso desde Rabat
Javi-rizos
jajaja