Tras la visita al Parque de los Volcanes paseamos un poco por la población de Hilo que, pese a vivir del turismo, no tiene unas infraestructuras para tal industria muy desarrolladas.
Andamos un rato por allí, me compré una lámina para mi colección de cuadros del mundo y nos aventuramos por una carretera cerca de la costa. Como en los días anteriores, el paisaje sorprendió por ser una mezcla perfecta de selva, playas de arena y piedras volcánicas, grandes acantilados y riachuelos.
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