viernes, 1 de febrero de 2008

Felicidades Lucía

Cumplir años es una buena señal y, cuando la edad es significativa, suele suponer un cambio en la vida. Es el caso de los 25 que hoy cumple Lucía. Hoy, 1 de febrero, unas horas antes en España y otras más tarde en Colombia, ha cumplido su primer cuarto de siglo.



Para celebrarlo, nada mejor que una ruta para ver a los amigos distribuidos por este continente tan grande. Unas horas en Lima, unos días en La Paz y otros en Buenos Aires. Así que hoy no tendremos fiesta, ni tarta ni “cumpleaños feliz”. Pero el lunes ya organizaremos algo y, quien sabe, encontramos una fecha intermedia entre “su día” y “el mío” para festejar.

Como un regalito, hoy le dedico este post porque, sin ella, estos 4 meses en Bogotá hubieran sido muy diferentes. No sé cómo ni por qué desde el primer día nos entendemos bien. Siendo tan completamente diferentes somos a la vez tan iguales. Debe ser eso de que los polos opuestos se complementan y es lo que nos ha pasado aquí.




Es difícil comprender como se crean amistades en poco tiempo, pero aquí pasa. Esto es como un “gran hermano” en el que pasamos muchas horas juntos todos. Horas de oficina, paseos por la mañana hasta la Ofecomes ,horas de comida, algunas de ocio, domingos en Usaquén y, ya con una mirada consigues saber lo que piensa la otra.

Yo soy mamá Lluc (será que de verdad parezco una mamá porque en Roma también era “la mamma”), la que en teoría calma, la que ve las soluciones a los miles de problemas que tenemos por aquí. Ella es la que me relaja en los días de desesperación (no sé por qué no solemos coincidir en nuestros días peores) y la que me escucha y me comprende cuando le cuento mis penas.

Esta semana la he echado de menos, mucho más que en otros momentos. Tengo ahora mismo la cabeza hecha un lío entre cosas de Palma y de aquí. Entre trabajo y piso. Entre posibles viajes a Hawai y visita de mis padres, o retorno a casa. Entre compañeros nuevos y falta de mujeres españolas.




Pero bueno, hoy es su día, no el mío. Y desde Bogotá le deseo un muy feliz cumpleaños y que esté disfrutando de Buenos Aires, la tierra de su padre, con Encarni y Rubén, con el calorcito del verano y los colores del barrio de Boca.
Aquí la esperamos, con los brazos abiertos, los oídos ansiosos de escuchar sus historias y los ojos preparados para sus miles de fotos hechas con “Genoveva” y su cámara normal.

Un beso muy grande “nena” y ¡felicidades!

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