viernes, 8 de febrero de 2008

Próxima escapada: Hawaii con Carlos



Sonrío. Sonrío cada noche cuando hablo contigo porque sacas lo mejor de mí y me evades de esta ciudad. Durante unas horas cada día flotamos entre Honolulu y Bogotá contándonos lo mismo. Tú me hablas de las chicas (todas cortadas por el mismo patrón) de las que estás enamorado. Y yo de lo difícil que es pensar en enamorarme de alguien en esta ciudad.


Ya hace ocho años que llegamos a Madrid. Tú desde Ciudad Real y yo desde Palma. Durante dos cursos fuimos vecinos y yo oía hablar del guapo Carlos Redondo. Pero no fue hasta las charlas con Dorleta en el banquillo de los partidos de balonmano que empezamos a conocernos, mientras Fofas intentaba defender vuestra portería.

De allí vino Chicago. Tu escapada fugaz de ida y vuelta. Suecia, y mis promesas de ir a visitarte que nunca llegaron a cumplirse. Y, ahora, Hawai. Esta vez no me lo pierdo. Voy. Me lo regalo por mi cumple porque me apetece pasarme esas horas de cañas hablando de nada y de todo. Repitiéndote que vales muchísimo y, a la vez, intentando interceder con alguna “Amaia” para que triunfes una noche mientras yo me voy con el “negro super bowl” que me habrás conseguido.






¿Qué haré yo aquí? ¿Para qué habré venido?
Esta mañana, esta mañana, me ha dejado mi novia hawaiana. Y yo me pregunto, yo me pregunto ¿qué coño haré yo en las Bahamas? (Aplicable a otros destinos...)



Eres increíble, aunque tú no te lo acabes de creer y me digas que te sobrevaloro. No. Tú sabes que eres diferente a la mayoría de chicos y eso gusta y asusta. Eres inteligente y trabajador. Me gusta hablar contigo porque consigues que me olvide de los problemas con tu tranquilidad absoluta. Eres leal y agradecido. Eres simplemente tú, Carlos. Para mí, eres el amigo que echo de menos aquí y el amigo que quiero tener a mi lado mucho tiempo.



Gracias por hacerme sonreír cada noche. Nos vemos muy pronto.





Pues sí, muy muy pronto. Es más, ahora que acabo de comprar el billete puedo decir que, si mi mala suerte con los viajes no lo impide, me tendrás en Honolulu del 23 de febrero al 1 de marzo. Uf, y todo después de un viaje de más de 24 horas haciendo escala en Miami y "durmiendo" en San Francisco. Pero no pasa nada. Yo, en cuanto vea el mar y me sienta pisando una isla, me olvido de todo el agotamiento. Porque, como dice Carme Riera en su libro Te deix amor el mar com a penyora, "entre mar i mar, entre riba i riba hi ha menys que entre ciutat i ciutat".

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Veig que a n'es final sí vas a Hawaii, que fort! Llegir això i veure que xerres de Miami, San Francisco o Bahamas es impresionant, i mentres jo no pas de Llucmajor, que mal repartit està el món!
Segur que aquest cumple no l'olvidaras i després amb sa famili per allà, es dies te passaràn volant!
Un beso moooolt fort!

Esaque dijo...

Mira la verdad es que nunca tuve la oportunidad de conocer el precioso interior que aquí describes de tan agraciado hombre. Qué pena, oye. Pero si esta es recomendación 100% Lluc yo no lo pongo en duda. Qué pena que no teníamos blog cuando estábamos en Roma :)
Tú sí que sabes celebrar, disfrútalo y siéntete como en casa. No dudo que lo harás. No te preocupes por la prosa del monólogo, ya vendrá el diálogo a solucionarlo después.
Muchos besos mamma Lluc

Anónimo dijo...

Aqui estamos preparando tu llegada, sera tu segunda isla, que palma es palma!! Aunque esto es precioso, ya lo veras ......

Y por el post, muchisimas gracias, no tengo mas palabras que poner aqui ....

Eva dijo...

Al final lo has conseguido, me alegro que te vayas para allá!!
Que seguro que la compañía, la isla y el buen tiempo te hacen volver con las pilas cargadas para Bogotá.
Pásalo genial y me apunto a una postal, y así poder tener un poquito de Hawaii en mi pared.

Besos!!

Anónimo dijo...

Cómo que a Hawaii...con otro!!!

Pásatelo muy bien y disfruta de este pedazo de viajeeee!!!

Coge un poco de sol para mí!!