miércoles, 23 de abril de 2008

Aerogal



Cuando vas a coger un avión con una compañía desconocida, dudas un poco de la calidad del servicio y de la infraestructura de la aerolínea.

Esa era mi sensación antes de viajar con Aerogal. Bueno, el miedo se me pasó al pensar que una compañía ecuatoriana estaba acostumbrada a hacer esos trayectos y que no pasaría nada. Efectivamente fue así.

Pero, no sólo fue bueno el viaje. La atención en el avión no la teníamos ni con Iberia hace 30 años (yo no lo conocí pero me lo imagino). Al subir, y antes de despegar, los azafatos pasan bandejas con jugo de naranja o champán para todo el pasaje. Además, como el avión no suele ir muy lleno, es fácil tener toda una fila para ti. Después de esta bienvenida, y pese a que el vuelo sólo duró 1 hora y cuarto, a la ida nos dieron de cenar (y comida bastante decente) y a la vuelta desayuno. Vamos, que Aerolíneas Galápagos (Aerogal) no ha descubierto eso de que si eliminas una aceituna de cada comida, al final del año, ahorras millones. Y yo, me quedo con los generosos, pese a que lo pagues antes.

No hay comentarios: