La línea ecuatorial es la separación imaginaria entre el hemisferio norte y el sur. Bueno, imaginaria en todos lados menos en la Ciudad de la Mitad del Mundo. Allí, como si de un parque de atracciones se tratara, han construido un monumento a la latitud 0º en el que puedes poner un pie en cada hemisferio y dónde la fuerza de la caída perpendicular del sol se hace notar en las sombras.
Para llegar hasta la Ciudad de la Mitad del Mundo cogimos 3 autobuses y, en el segundo de ellos, a Eva le robaron el móvil y la cámara de fotos de una forma tan sutil que sólo nos enteramos cuando fue a llamar a unos amigos. Pero bueno, a pesar del mal rato, llegamos a nuestro destino. Paseamos un rato por la ciudad, nos hicimos fotos saltando de lado a lado y vimos unas danzas populares.
El monumento de la Mitad del Mundo se construyó en 1979 para conmemorar la primera misión geodésica que llegó a Ecuador en 1736 buscando confirmar la redondez de la Tierra y definir la zona del paralelo que divide el planeta en dos. A su lado, se edificó la Ciudad turística en la que se copió el estilo colonial, con su plaza mayor, el cabildo, y diferentes casas que albergan tiendas de artesanías y restaurantes. Además, en el mismo recinto, se encuentra una plaza de toros que, el domingo, acogía unos conciertos populares.
Precio del autobús: 15 centávos de dólar para ir y 40 de vuelta.
Precio de la entrada: 2 dólares
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